Se ha sacado a la luz la proeza de uno de aquellos malagueños que buscaron una oportunidad al otro lado del Atlántico en el contexto de la expansión hispánica del siglo XVI. Gracias a la investigación de David Cuevas Góngora, que ha conseguido rescatar del olvido, entre amarillentas y carcomidas hojas de viejos legajos con más de 500 años de antigüedad, la biografía de Martín de Paz y resolver un enigma histórico en la época del descubrimiento y conquista del Perú llevada a cabo por el trujillano Francisco Pizarro.
Pizarro realizaría tres expediciones hacia la región del mítico y rico reino del Perú o Pirú como lo conocían entonces. Las dos primeras fueron de descubrimiento, mientras que la tercera fue el inicio de la conquista del imperio inca.
La primera expedición de Francisco Pizarro (1524-1526) fue un estrepitoso fracaso ante la hostilidad indígena y de la vegetación, donde las enfermedades y los conflictos diezmaron la hueste de Pizarro hasta reducirla a medio centenar de hombres. Pizarro regresó a Panamá pare armar una segunda expedición y para ello envió a su socio Diego de Almagro, quien comenzó a reclutar hombres para realizar un segundo intento de descubrimiento del fabuloso Perú.
Esa segunda expedición (1526-1528) partió desde la región de Chuchama, puerto cercano a Panamá. Y es en esta donde figuró reclutado por Almagro, el malagueño Martín de Paz, un joven soldado atraído por las noticias sobre las riquezas que atesoraba el reino incaico. En esta segunda expedición, las enfermedades, muertes y hambrunas asolaron a los miembros de la hueste conquistadora de Pizarro, aunque recibieron buenas noticias de que estaban cerca del Perú. Sin embargo, la mayoría de los soldados estaban descontentos y molestos por las penurias que habían soportado y querían abandonar la empresa y regresar a Panamá. Las quejas de los descontentos llegaron a los oídos del gobernador de Castilla del Oro (Panamá), Pedro de los Ríos e inmediatamente envío barcos para recoger a los hombres y traerlos de vuelta.
Llegados los navíos a la isla del Gallo, próxima a la costa de la actual Ecuador en 1527. Pizarro vio como la gran mayoría de sus hombres le abandonaban. Pizarro viendo peligrar su empresa de descubrir el Perú y alcanzar fama, gloria y riqueza, tiró su última carta y con su espada trazó en la arena de la playa una línea y dijo señalando con la punta de su espada: «¡Señores por ahí se va a Panamá a ser pobres, por aquí se va al Perú a ser ricos, que elija el que fuese buen castellano!» Únicamente 13 hombres cruzaron la línea para quedarse con Francisco Pizarro, el resto regresó a Panamá. Poco después llegó el piloto Bartolomé Ruiz con un navío para proseguir con el descubrimiento del Perú, llegando hasta la ciudad de Túmbez y consiguiendo las pruebas definitivas de la existencia del rico reino del Perú. Pizarro regresó a España y en 1529 capituló con la Corona española la conquista del Perú, iniciando ésta en 1530, donde capturó al emperador inca Atahualpa en Cajamarca en 1532 y reuniéndose un cuantioso botín de oro y plata. Hacia 1534 Pizarro conquistaba la ciudad de Cuzco, capital del imperio inca.
Volviendo al tema de los 13 hombres que se quedaron con Pizarro y le permitieron conseguir las evidencias de la existencia del Perú. En la historiografía se les nombra como «Los Trece de la Fama» o «Los Trece de la Isla del Gallo». Entre esos hombres, figuró el malagueño Martín de Paz, grupo de hombre que fueron recompensados por la Corona y por el propio Pizarro por contribuir al descubrimiento del Perú.
Hasta la fecha, ningún historiador había conseguido identificar el origen geográfico ni tampoco la biografía de Martín de Paz, siendo un personaje bastante oscuro. Esta investigación ha arrojado su origen en la ciudad de Málaga, así como su entorno familiar. Y los resultados obtenidos, han sido presentados en un Congreso Internacional de Americanistas y fue seleccionada para su publicación. Aparte de esto, David Cuevas, ha entrado en contacto con la Real Academia de la Historia, para que en su Diccionario biográfico español modifiquen y amplíen la biografía de este ilustre malagueño que participó en uno de los acontecimientos más representativos de la Historia de América.
Autor: David Cuevas Góngora