Escultura del pensador judío Salomón Ibn Gabirol, (Málaga hacia 1021-Valencia 1058) realizada por el escultor americano afincado en Málaga, Hamilton Reed Armstrong, (Greenwich, Connecticut 1937) en 1969.
Gabirol fue un poeta y filosofo judío, a quien los escolásticos conocieron con el nombre de Avicebrón, hasta el siglo XIX se creyó era cristiano.
Hijo de una familia cordobesa que escapaba de las revueltas que dieron fin al califato cordobés-por lo que Ibn `Ezra e Ibn Zakkuto lo denominan al-qurtubi, es decir, «el cordobés», aunque él mismo se proclama en varios de sus poemas acrósticos al-malaquí, malagueño-, llegó a Zaragoza, donde fue criado y educado. Allí su precoz genio poético le valió la protección del mecenas Yekutiel Ben Isaac, visir judío del rey Mundir II de la taifa de Zaragoza.
En 1039, tras los tumultos ocurridos durante el golpe de estado de Abd Allah ben Hakam contra Mundir II, que derrocó a la dinastía de los tuyibíes, Yekutiel fue asesinado y, tras dedicarle las más hermosas de sus elegías, Avicebrón dejó Zaragoza y marchó a Granada, en busca de otro protector, en la persona del uno de los más notables y poderosos personajes de su época, Semuel Ibn Nagrela, visir de Badis ibn Habus rey zirí de Granada. Tras residir unos años en Granada optó de nuevo por volver a Zaragoza.
La positiva opinión que de Ibn Gabirol tienen los cronistas posteriores, no son reflejo de la estima que gozó entre sus contemporáneos, el enfrentamiento con sus correligionarios concluyó con la promulgación de un herem, o anatema, y su expulsión de la comunidad hebrea de Zaragoza (1045) desde donde volvió a partir para el exilio.
Compuso dos célebres tratados en lengua árabe. El primero es de carácter filosófico, «La fuente de la vida», y fue traducido al latín como «Fons vitae». Es una obra adherente a la filosofía neoplatónica, adopta la forma de un diálogo entre un maestro y su discípulo y está dividida en cinco partes, la explicación de las nociones de forma y materia universal, la materia espiritual subyacente bajo las formas corporales, la existencia de las sustancias simples, las formas y materias de las sustancias simples y la última acerca de las formas materias universales.
Por no contener esta obra referencias a los textos fundamentales del judaísmo, es decir el Pentateuco y el Talmud, y por haber sido redactada originalmente en árabe, su autor «Avicebrón» fue tomado al principio por un filósofo musulmán. Luego traducida al latín bajo el nombre de «Fons Vitae» por monjes franciscanos, se tornó una importante referencia también para esta orden y para el mundo cristiano en general.