La derrota visigoda permitió a los musulmanes avanzar sobre la Península Bética, conquistando en octubre de 711 la ciudad de Córdoba, al tiempo que Granada y Málaga se sometían sin resistencia.
Los tres principales ejemplos que reflejan el paso de los musulmanes por Málaga y que se conservan en mejores condiciones son la Alcazaba, el Castillo de Gibralfaro y la entrada al Mercado de Atarazanas. La catedral de Málaga se construyó sobre la antigua mezquita de la ciudad.