Sin duda, uno de los lugares con más encanto de la provincia de Málaga es la aldea de La Zorrilla. Pasear por sus calles es tener la oportunidad de arrancar el mítico Delorean del doctor Doc y Marty Mcfly y volver al origen de Triana en el corazón de la Axarquía. Este viaje en el tiempo es de relajación y un momento único para vivirlo, al poder ser transportados a un lugar mágico.
Casi nadie habla de esta aldea malagueña con muchísimo encanto y que casi parece desconocida y habitada hoy en su mayoría por extranjeros. Al recorrer sus calles empedradas y callejones, los gatos te acompañan en la visita y cada casa tiene detalles únicos en decoración y las fachadas están pintadas de muchos colores, llamando la atención las puertas y ventanas de madera en color azul o celeste.
La Zorrilla se encuentra en Triana y está junto al río Benamargosa. Cuando aumentaba mucho el caudal del río, los vecinos se quedaban aislados durante semanas, incluso meses y es por ello, que los vecinos fueron cambiando su morada al otro lado del río, por los inconvenientes que existían, a la actual Triana. Su nombre procede de la barriada sevillana ya que el significado es que se encuentra «al otro lado del río».
Triana es una pedanía que conforma una de las otras 11 del municipio de Vélez-Málaga y a tan sólo 6,5 km del núcleo matriz de Vélez-Málaga. Accediéndose por la C-335 hacia Casabermeja, unos 2 km hasta llegar al cruce del Trapiche, donde se girará en dirección al municipio de Benamargosa, de la que dista 4 km más que Triana (Triana dista 4 km desde el cruce).
Su nacimiento como población comenzó a tomar cuerpo a finales del siglo XIX. Posteriormente, hacia 1920 aproximadamente, se construyó la carretera que conectaba Benamargosa con el Trapiche y por lo tanto con Vélez-Málaga, siendo este motivo definitivo para la expansión del pueblo. Triana es una aldea totalmente rural, enclavada en pleno corazón de la comarca. Su actividad es eminentemente agraria, existiendo una reconversión de sus cultivos que antaño vivieron de la vid, de la caña de azúcar y de las exquisitas hortalizas que en su ricas tierras se plantaban. Hoy sus campos y viñedos escarpados entre las lomas y pechos de esta tierra en los que se produce la mejor «uva moscatel» del mundo (hoy día muy reducida su producción) están cediendo terreno a las plantaciones subtropicales, siendo sus tierras las primeras que vieron llegar el Aguacate de tierras americanas, aunque desde su aparición a modo, casi, de planta ornamental o árbol para dar sombra transcurrieron varios años, hasta que el Centro de Investigaciones Agrícolas de la Finca de la Mayora, (Algarrobo), conjuntamente con el Cortijo Rancho California (Almuñecar), comenzaron una plantación masiva con destino a la venta de huesos. Este aguacate se plantó a la entrada de Benamargosa y procedió de un hueso que D. Antonio Fortes Fortes, emigrante en Venezuela, trajo desde esas tierras, regalándoselo a un amigo que lo plantó, tomando en poco tiempo una envergadura de 15 m. Posteriormente estas tierras dieron cobijo a la planta americana a modo de grandes explotaciones al comprobarse la magnífica adaptación a sus subsuelos, humedad y temperaturas de estos valles. Aproximadamente hoy tiene unos 1000 habitantes.