Antes de que abrieran el Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana, era habitual encontrarse en la alcazaba de Málaga una escultura de mármol, conocida popularmente como ‘La Virgen del Chasco’, porque no tenía cabeza y estaba situada en un lugar estratégico, donde para contemplar la parte superior de la escultura, había que agacharse y era entonces cuando te llevabas un chasco o desilusión. Fue Juan Temboury quien tuvo la idea de colocarla en ese lugar.
Esta pieza de mármol es de autor desconocido y datada en el siglo XVII, puede contemplarse en el almacén visitable del Museo de Málaga y guarda una historia fascinante.
En el despareido Pasillo de Atocha por la construcción del hotel de Moneo, había un edificio que tenía esta escultura de la Virgen con un niño. Narciso Díaz de Escovar detalla como en 1722 se construye una casa que en la fachada tenía labrada una capilla callejera con la advocación de la Virgen de Atocha que pronto fue muy popular entre los vecinos del barrio. Cuenta Díaz de Escovar que a ambos lados de la escultura se colocaron dos lámparas de aceite que mantenían la capilla siempre encendida y visible desde cierta distancia y de ahí vino el nombre de Pasillo de Atocha. Aquella casa se derribó con el tiempo, pero el nuevo propietario de la nueva vivienda mantuvo la capilla y la escultura de la Virgen, cuya pista se pierde a mediados del siglo XX.
En cuanto a la advocación, el propio Museo de Málaga explica que la denominación de Virgen de Atocha tiene relación con el nombre con el que también se conoce al esparto, utilizado por el gremio que ocupaba la plaza situada justo enfrente de la capilla en lo que hoy es Hoyo de Esparteros.
Temboury recuperó esta imagen decapitada durante la Guerra Civil cuando se encontraba en la iglesia del Santo Cristo de la Salud. De allí pasó a ingresar los fondos del museo provincial y durante varias décadas pudo contemplarse en la Alcazaba. En concreto, la talla se instaló en un hueco situado en la explanada que se abre junto a la Torre del Cristo, hasta el punto de que la zona pasó a llamarse de manera popular El patio de la Virgen. De la antigua fortaleza árabe salió la Virgen y hoy día está en el almacén visitable del Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana.