En 1995 el pintor Evaristo Guerra se propuso convertir los muros de la ermita de la Virgen de los Remedios de Vélez Málaga en paredes de cristal, de modo que en cada uno de ellos se contemplaran los montes, campos y pueblos que se verían si fuesen transparentes.
Hay una superficie pintada de 1.150 metros cuadrados de paredes, lo que convierte a la ermita en el templo en España con más superficie pintada por un sólo artista y la sitúa por encima incluso de la Capilla Sixtina del Vaticano, donde el gran Miguel Ángel cubrió en torno a 850 metros cuadrados.
En sus muros están la Sierra de Tejeda, los Montes de Málaga, los pueblos de Benamocarra y Comares, la playa del Faro de Torrox y los montes de Cómpeta, llenos de viñedos, pero también personajes que representan oficios tradicionales, algunos ya perdidos, como el cabrero, el canastero, el alfarero, el artesano de las sillas de anea o una mujer que cocina tejeringos.
Mientras, los ocho arcos de medio punto están decorados con otras tantas escenas marianas, en el central sobre el coro aparece la Virgen de los Remedios cuando sale en procesión de la ermita cada mayo y la decoración de las pechinas que han sido el último añadido al proyecto.
Tras 12 años de trabajo el pintor rubricó su trabajo en uno de los paños laterales, debajo de la dedicatoria que incluye el proyecto y en la que puede leerse la frase «La ofrenda de mi arte, que dedico a la Virgen de los Remedios, queda reflejada con todo el amor en estos murales».
Un regalo para el pueblo
Para el artista, nacido en 1942, estas pinturas suponen una manera de devolverle al cerro de Vélez-Málaga y a la Virgen de los Remedios lo que le han dado. Cuando era un niño todas las tardes iba a despedirse de Vélez-Málaga y le pedía a la Virgen que le ayudase para que le reconocieran como pintor, y al haberse cumplido esto, el pintor pensó que ahora el mejor legado que podía hacer era dejar su arte en la Ermita para todo Vélez-Málaga y la comarca.