Rincón de la Victoria cuenta con una de las tres únicas Cuevas de origen submarino que se conocen en el mundo. Es la única de estas características en el Continente europeo; las otras dos se descubrieron en Asia y en América Central (Méjico). Sus historias y leyendas se remontan al Paleolítico, a la primera Edad del Bronce, a los fenicios, a la presencia romana y a la ocupación árabe. De todo ello han quedado numerosas muestras. El misterioso tesoro árabe que oculta en sus entrañas está aún por descubrir, aunque la Cueva en sí misma es un tesoro para la Humanidad. Tiene unos 500 metros de galerías y una zona de lagos.
En los últimos siglos lo que centró la atención de propios y extraños fue la leyenda del impresionante tesoro escondido en el siglo XII por árabes que llegaron huyendo de las revueltas de su tierra. Es aquí donde difieren las leyendas, pero sólo en la autoría: Unas establecen que fueron cinco reyes moros los que arrumbaron a nuestras costas cargados de enormes riquezas, que pusieron a salvo escondiéndolas en la Cueva del Tesoro, mientras que otras versiones señalan hacia el emperador de los almorávides Tasufín ibn Alí como poseedor del tesoro.
Pero sería el ilustre don Manuel Laza Palacio (también descubridor de la antigua fortaleza Bezmiliana, sita en El Castillón) quien realizaría el más profundo estudio de esta Cueva que era de su propiedad, durante casi cuatro décadas, hasta su fallecimiento en 1988 dentro de la Cueva al errar los cálculos en una de las explosiones que él mismo provocaba. Durante su trabajo aparecieron en las cercanías 6 monedas almorávides de oro, de los tiempos de Yusuf ibn Tasufín. Este descubrimiento no hizo sino avivar la creencia de que en algún punto, aún por descubrir, se encuentra esperando el inmenso tesoro escondido.