Cuando descubres Alhaurín de la Torre te llevas una muy grata sorpresa, porque te gusta Alhaurín de la Torre, sus jardines, lo bien cuidado que está todo y la amabilidad de su gente. A lo largo de la avenida que cruza travesía de Alhaurín de la Torre nos vamos encontrando con rotondas con mucho arte, lo que las hace únicas y hace que por unos momento perdamos el concepto de rotonda al que estábamos acostumbrados.
Este museo urbano sorprende a los visitantes por su arte en nueve rotondas que se han acondicionado con llamativos elementos decorativos, para regular el tráfico al mismo tiempo que ofrecer una pincelada artística al municipio.
La Fuente de la Biznaga está realizada en acero inoxidable, cuenta con 400 aspersores que expulsan agua pulverizada y dan una sensación de esfera blanca, de ahí su identificación con la tradicional biznaga malagueña y el resultado queda muy elegante y acorde con uno de los principales símbolos de Málaga.
El Fuego y las Semillas del artista Antonio Yesa, preside la entrada a la urbanización El Lagar.
El Barco, de la artista Sandra Martínez Céspedes, es de acero de seis metros de altura y navega sobre un mar con olas y en la zona residencial Retamar da continuidad a la denominación de calles de la urbanización como: Carabela, Galeón, Catamarán, Bergantín y Goleta.
La Fuente del Sol, como es conocida por los vecinos, da entrada de Cortijos del Sol, donde una gran bola de fuego en el centro de la glorieta está rodeada de cuatro esferas más pequeñas pareciendo un sistema planetario e imitando al estilo trencadís de Gaudí.
Alegoría del mar, es una majestuosa ninfa que está recreada sobre una barca fundida en una caracola y rodeada de símbolos marinos como conchas, corales, tentáculos, olas o aletas. Es obra de Esteban Pérez Palma.
La pirámide de la paz de Beatrice Morales anuncia la llegada al pueblo desde Alhaurín el Grande. La pirámide de azulejos de cinco metros de altura representa las cuatro estaciones del año a través de figuras femeninas. La pirámide llama la atención por su colorido y belleza estética.
También hay una rotonda con un árbol conocido popularmente como el palo borracho y adquirido en Argentina de más de ocho metros de altura y de los que no hay muchos ejemplares en España.