Anchoas malagueñas en la primera vuelta al mundo de Magallanes
El 20 de septiembre de 1519, cinco barcos y 265 tripulantes zarparon desde Sanlúcar de Barrameda hacia el oeste, completado una de las expediciones más importantes de la historia de la humanidad. Al frente, el portugués Fernando de Magallanes, quien consiguió el apoyo de la Corona Hispánica para completar la primera vuelta al mundo. Un hito histórico pero muy complejo, debido a las hambrunas o enfermedades que acecharon a la tripulación. Ahora, cinco siglos más tarde, sale a la luz el acta notarial que confirma que 200 barriles de anchoas malagueñas abastecieron a los marineros.
El Archivo Histórico Provincial de Málaga celebra el 500 aniversario de la primera vuelta al mundo, llevada a cabo por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, con la exposición durante el mes de julio, de unos documentos que demuestran la relación de la ciudad de Málaga con el aprovisionamiento de alimentos destinados para este viaje.
En el acta notarial encontrada, se especifica cómo Baltasar Genovés, en nombre del capitán Fernando de Magallanes, haría entrega de tales anchoas a Sanjuán de Amézaga, maestre de la Nao Trinidad, atracada aquellos días en Málaga para transportarlas posteriormente a Cádiz, donde según el documento, Bernardino del Castilla se haría cargo de ellas.
Estas anchoas eran producidas en el barrio de ‘El Perchel’, que en el siglo XVI era conocido como ‘Los Percheles’ y sobre ellas, se refleja además en otros documentos el contrato de la compra y el pago de los 20 ducados que costaban cada tres barriles.
La exposición de este acta se enmarca dentro de la iniciativa del ‘Documento del mes’ del Archivo Histórico Provincial, que mensualmente expone documentación relacionada con la historia de Málaga y que sirve para conocer mejor detalles sociales e historiográficos de la provincia.
En este caso se trata de un documento de tres páginas, escrito en castellano antiguo y encontrado en buen estado, y el hecho la conservación de documentación de este tipo en Málaga es una rareza, ya que el comercio de la Corona de Castilla con los territorio de ultramar se realizaba fundamentalmente desde Sevilla hacia las Indias Occidentales y no sería hasta diez años más tarde, es decir 1529, cuando se autorizaron a otros puertos a formar parte de esta actividad.
«Trinidad», «San Antonio», «Concepción», «Santiago» y «La Victoria» fueron los cinco buques que emprendieron viaje, en ellos se distribuyeron los 200 barriles malagueños, que fueron procesados mediante la técnica del salpresado para que se conservasen durante mucho más tiempo. Este método, consistía en sumergir en salmuera durante unos días el pescado para posteriormente almacenarlos en barricas, donde las anchoas se disponían en círculos en su interior y mediante una ligera presión se eliminaban los fluidos del pescado.
Fue la «Trinidad» el buque que transportó las anchoas hasta Cádiz, bajo el custodio de Sanjuán de Amézaga, maestre de la nao. Aunque bien es cierto que este pescado es conocido con el nombre de boquerones cuando hacen referencia a los ejemplares frescos que se suelen presentar en fritura, mientras que se denomina anchoas al mismo tipo de pescado puesto en salazón, prensado y en aceite que adquiere un característico color tostado.