Llega el verano: solecito, playa, salir a tomar algo con tus amigos en una terraza. Pero no para todos. Hay gente que en verano no puede disfrutar de todo esto, porque han tenido que irse a trabajar fuera y claro, en otros países de Europa no se vive la época estival de la misma manera que en Málaga. Es el caso de Ale, un malagueño que ahora vive en Viena y al que sus amigos, con ayuda de La Casera, le dieron una gran sorpresa.
Y la idea era hacer realidad un sueño: hacer sentir a Ale como en casa por unas horas llevándole un trocito de Málaga y a todos los suyos a la ciudad en la que ahora vive: Viena. Y todo, sin que él supiese nada. Pensando que habría que enviarle para que se sintiera como en casa. Por supuesto, en la maleta tenía que estar lo más importante: familia, amigos y su perro Lucky. Y todos se unieron para trasladarle lo mejor de aquí. Y se les ocurrió montar un chiringuito en Viena con sus mesas, sillas, los carteles, el letrero, los vasos, los manteles, los toldos. Desmontaron todo y lo empaquetaron. Y se tuvo en cuenta el detalle más importante, el chamizo y la barcaza de espetos para preparar una buena ronda de espetos de sardinas en el centro de Viena. Al final, las imágenes superan las palabras y el resultado es un vídeo muy original, a la vez que entrañable, porque sin que te lo esperes aparezca la familia, los amigos y un chiringuito malagueño para disfrutar de los espetos de sardinas, eso es una gran sorpresa.