En el Palmeral de las sorpresas del puerto de Málaga nos encontramos con esta refrescante fuente que le gusta tanto pasar por ella a los niños. La fuente es todo un acierto, porque queda muy bien. Pero se me ocurre que se le podría añadir luces de colores y música (que el agua lleve el ritmo de la música) y así convertirse en un atractivo turístico más de la ciudad y un valor añadido a la oferta cultural y de ocio de Málaga. Tal vez no sería la fuente mágica de Montjuic en Barcelona, pero estoy seguro que todos los días se formarían colas de gente alrededor para contemplarla.