El 16 de diciembre de 1900 la fragata alemana Gneisenau, de tres palos arbolada con velas cuadras, fondeada a las afueras del puerto de Málaga y quedó a merced del temporal. Así fue como la vio y la dibujó Picasso, quien pudo contemplar aún los restos de la tragedia que se cobró la vida de 41 personas, durante su última visita a su ciudad natal. La ayuda de los malagueños en el rescate hizo que La reina María Cristina el 3 de enero de 1901, en nombre de su hijo el rey Alfonso XIII, concedió a la ciudad de Málaga el título de Muy Hospitalaria, que desde entonces campea en su escudo. El pueblo alemán, que no había olvidado el comportamiento de la ciudad con sus compatriotas de la Gneisenau, decidió emplear los donativos en la construcción de un nuevo puente que sustituyese al de Santo Domingo, conocido desde el principio por los malagueños, como Puente de los Alemanes.
La verdad es que impresiona que un acontecimiento tan importante en la historia de Málaga, como es el naufragio de la fragata Gneisenau, fuese visto por directamente por Picasso en el que fue su último viaje a Málaga con 19 años.
Dibujo a carboncillo, el original está en el Museo Picasso de Barcelona y en la Casa Natal de Picasso de Málaga hay una reproducción.