En el Torcal de Antequera podemos encontrar numerosas huellas de Ammonites. Los Ammonoidea (Ammonites) fueron cefalópodos marinos parecidos al Nautilus actual que habitaron los mares de la Tierra desde el Devónico (Paleozoico) hasta el Cretácico (Mesozoico). Desaparecieron al final de este periodo, hace 65 millones de años. Los Ammonites poseían una concha generalmente enrollada en una espiral plana, con un tamaño desde unos pocos milímetros hasta más de 2 metros de diámetro. Todos los Ammonites eran marinos y depredadores
El Paraje Natural de El Torcal se caracteriza por el impresionante paisaje Kárstico. Su formación se debe de un proceso que ha durado varios cientos de millones de años. Para ello deberemos remontarnos unos 200 millones de años, cuando gran parte de Europa y Oriente Medio se encontraban sumergidos bajo el mar de Tetis, se inicia un proceso de sedimentación carbonatada, originada por la acumulación y deposito de esqueletos, conchas y caparazones de animales marinos en el fondo del mar que durará unos 175 millones de años. Estos sedimentos se han ido acumulando y compactando en diferentes niveles, formando los estratos horizontales de espesores de miles de metros
Hacia el Mioceno medio, como consecuencia del empuje entre las placas ibéricas al norte del mar de Tetis y la africana al sur, los sedimentos acumulados son comprimidos, deformados y fracturados hasta emerger en un lento y continuado proceso que aún se mantiene. Una vez emergido el relieve, la acción prolongada de los agentes meteorológicos como el agua, el hielo y el viento sobre las calizas, modeló el espectacular paisaje kárstico de El Torcal de Antequera.