La diversión infantil de hacer castillos de arena se ha convertido en una profesión para algunos adultos, que con técnica, esmero y toneladas de arena logran impactantes construcciones que ayudan a mejorar la imagen de las ciudades.
Además de grandes cantidades de arena limpia y sin piedras, que hay que amontonar previamente, hace falta bastante agua salada porque la sal actúa como pegamento, cristaliza y endurece la arena, y herramientas como brochas o cortadores.
La presencia de los artistas en las costas resalta la «belleza» de las playas, y además «entretiene» a los visitantes. Muchos artistas han encontrado en la elaboración de figuras de arena su modo de vida.
El montón de arena se moja bien para que ésta endurezca, y en el caso de una figura grande se necesitan el primer día «unos diez litros de agua», tras lo que se corta la arena de arriba a bajo según la imagen que se quiera representar. Para mantenerla en pie, hay que humedecerla a diario con tres litros de agua salada, cada hora por el día y cada dos por la noche, esparcida gracias a un pulverizador, ya que si la escultura se seca pueden desprenderse elementos de la obra.
La representación en arena es un arte efímero, unas figuras permanecen expuestas un día, cinco, dos semanas, o un mes y medio, todo depende de la magnitud de la obra.
Fotografías de José Gutiérrez Díaz.