El Acueducto del Águila, conocido también como Puente del Águila, fue construido en el siglo XIX para transportar agua a los molinos de la antigua Fábrica de Azúcar de San Joaquín de Maro. Se encuentra situado en el Barranco de la Coladilla y está formado por cuatro pisos de arcos superpuestos que saltan un gran desnivel de terreno. Su altura aproximada es de 40 metros. Remata el conjunto un pináculo de ladrillo de base cuadrada, terminada en forma troncocónica de sección octogonal rematada con una veleta de hierro en la que se representa el águila bicéfala coronada de donde recibe su nombre. En su reciente restauración han descubierto existencia de leyendas, textos y firmas originales de la construcción en el templete central, las cuales se pretenden recuperar para su puesta en valor. Se encuentra en perfecto estado. y está perfectamente integrado en el paisaje de campo, huertas y mar. Está declarado Bien de Interés Cultural.
La Axarquía fue pionera en la innovación del sector azucarero tanto en la implantación de sus fábricas como en sus sistemas de comercialización. De ello, aun quedan vestigios en la comarca. Algunos municipios como Vélez-Málaga o Nerja tratan de recuperar ese patrimonio industrial que tanto marcó su desarrollo económico en siglos anteriores, otros presentan un estado ruinoso aunque con proyectos para su recuperación. Los ingenios y las conocidas «chimeneas» bordean todo el litoral malagueño desde la capital hasta Nerja pasando por Granada y Almería. Y es que la caña de azúcar nació en estos territorios que precisan la proximidad de agua. Estos enclaves son únicos en Europa «por su originalidad relacionada con una serie de edificios y maquinarias testimonio de un pasado histórico constituido por fábricas, ingenios y acueductos». Así, una propuesta diferente para conocer estos municipios podría ser siguiendo el dulce rastro que dejó el azúcar.